AGOSTO 15 de agosto

San Estanislao Kostka: el joven jesuita | 15 de agosto

San Estanislao KostkaUn joven noble con una vocación firme

San Estanislao Kostka nació en 1550 en Rostkowo, Polonia, en el seno de una familia noble e influyente. Desde muy joven, Estanislao demostró una profunda espiritualidad y una inclinación hacia la vida religiosa, algo que no siempre era fácil de conciliar con las expectativas de su familia. Los Kostka, deseando darle una educación acorde con su estatus, enviaron a Estanislao y a su hermano mayor, Pablo, a estudiar al prestigioso colegio jesuita de Viena, donde se esperaba que siguieran una carrera que les garantizara éxito y reconocimiento social.

Sin embargo, durante su estancia en Viena, Estanislao experimentó un llamado profundo y personal a unirse a la Compañía de Jesús. La vida de los jesuitas, marcada por la disciplina, la devoción y el servicio a Dios, lo atrajo de manera irresistible. A pesar de la rigidez y la severidad de la educación que recibió, Estanislao encontró en el colegio jesuita un ambiente que alimentó su creciente deseo de dedicarse completamente a Dios.

La oposición familiar y la decisión valiente

A pesar de la claridad de su vocación, Estanislao enfrentó una gran oposición por parte de su familia, especialmente de su padre, quien tenía planes muy diferentes para él. Su padre, enfurecido por la idea de que su hijo se convirtiera en jesuita, se opuso con todas sus fuerzas a esta decisión, considerando que una vida religiosa sería un desperdicio de las oportunidades que su posición social le brindaba. Sin embargo, Estanislao no se dejó intimidar. Su deseo de seguir el llamado de Dios era más fuerte que cualquier presión familiar.

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La determinación de Estanislao lo llevó a tomar una decisión audaz. Con apenas 17 años, y consciente de que no recibiría el apoyo de su familia, decidió huir de Viena y dirigirse a Roma, donde esperaba poder unirse a la Compañía de Jesús sin la interferencia de su familia. Fue un viaje largo y peligroso, pero Estanislao lo emprendió con fe y confianza en que Dios lo guiaría y protegería.

La llegada a Roma y la vida como novicio

Después de un arduo viaje a pie a través de Europa, Estanislao llegó a Roma en 1567, agotado pero firme en su decisión. Fue recibido por San Francisco de Borja, quien era entonces el Superior General de los jesuitas. A pesar de su juventud y las dificultades que había enfrentado, Estanislao fue admitido como novicio en la Compañía de Jesús. Este fue un momento de gran alegría para él, pues finalmente había encontrado el lugar donde podía vivir su vocación plenamente.

Durante su tiempo como novicio, Estanislao se destacó por su fervor y su devoción. Aunque su estancia en el noviciado fue breve, pues apenas duró diez meses, impresionó profundamente a quienes lo rodeaban por su santidad, su humildad y su amor incondicional a Dios. Se dedicó con entusiasmo a la oración, los estudios y las tareas que se le asignaban, viviendo cada día con una intensidad espiritual que sorprendía a todos.

La muerte prematura y la santidad

Lamentablemente, la vida terrenal de Estanislao Kostka fue corta. En agosto de 1568, cayó gravemente enfermo. A pesar de los cuidados que recibió, su salud se deterioró rápidamente. El 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen María, pidió recibir la comunión y, después de haber recibido los sacramentos, falleció pacíficamente a la edad de 18 años. Su muerte prematura, aunque trágica, fue vista como un signo de su santidad, y su memoria pronto fue venerada dentro de la Compañía de Jesús.

Estanislao Kostka fue el primer jesuita en ser beatificado, en 1605, apenas 37 años después de su muerte, un reconocimiento de su vida santa y su sacrificio. Posteriormente, fue canonizado en 1726 por el Papa Benedicto XIII, y su culto se extendió rápidamente, especialmente en Polonia, donde se le considera un modelo de virtud juvenil y un protector de los estudiantes.

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El legado de San Estanislao Kostka

San Estanislao Kostka es recordado no solo por su devoción y su piedad, sino también por su valentía al seguir su vocación, a pesar de la oposición de su familia y las dificultades que enfrentó. Su vida es un testimonio de la fuerza del llamado divino y de cómo, con fe y determinación, es posible superar cualquier obstáculo para cumplir la voluntad de Dios.

Su ejemplo ha inspirado a generaciones de jóvenes a seguir su propio camino espiritual con coraje, y a no dejarse desviar por las expectativas de los demás, sino a buscar siempre lo que Dios les pide. En la Compañía de Jesús, San Estanislao es venerado como un modelo de pureza, entrega y amor por Cristo, y su vida sigue siendo una fuente de inspiración para novicios y jesuitas en todo el mundo.

La verdadera grandeza no se mide por la duración de la vida

San Estanislao Kostka nos muestra que la verdadera grandeza no se mide por la duración de la vida, sino por la intensidad con que se vive en respuesta al llamado de Dios. A pesar de su corta vida, dejó un impacto duradero en la Iglesia, demostrando que la santidad es posible en la juventud y que, con fe, es posible superar incluso las barreras más formidables.

Su vida nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vocación y sobre la importancia de seguir el camino que Dios nos ha trazado, incluso cuando esto signifique enfrentarse a desafíos y renuncias. San Estanislao Kostka, el joven que abandonó todo por seguir a Cristo, es un faro de esperanza y un ejemplo brillante de cómo una vida dedicada a Dios, aunque breve, puede iluminar el camino de muchos otros hacia la santidad.